Crisis del Siglo III
 
Tradicionalmente se suele denominar "Crisis del Siglo III" al período de 50 años que abarca desde la muerte de Alejandro Severo hasta el ascenso al trono imperial de Diocleciano. En esta crisis, que amenazó incluso la supervivencia de la propia Roma, pueden distinguirse varios períodos. Se conoce como período de “anarquía militar” el ciclo de 33 años que va desde la irrupción en el trono imperial de Maximino el Tracio (235-238) hasta el asesinato de Galieno (268). En este caótico momento, en el que Roma es atacada por las tribus nórdicas de modo simultáneo, el imperio fue regido por una confusa colección de emperadores, de orígenes diversos, elegidos y depuestos, por no decir directamente asesinados en su mayoría, por las tropas. Pocos de ellos consiguen reinar un número considerable de años y, por tanto, pocos logros pueden atribuírseles.

Tras este hundimiento general, sigue un período de reorganización, conocido por el apelativo de quienes lo llevaron a cabo, ”los emperadores ilíricos”. Abarca esta etapa desde la proclamación como augusto de Claudio el Gótico (268-270) hasta el asesinato de Carino (283-285) con la consiguiente usurpación de Aurelio Valerio Diocleciano (284-305). Es conocido así este período porque la mayoría de los emperadores procedieron de Illyricum, nada novedoso porque ya existía el precedente de Trajano Decio.

Nos limitaremos, dado lo confuso del elenco y el hecho de que no todos acuñaron denarios, a traer aquí a aquellos emperadores, usurpadores y otros personajes imperiales que protagonizaron la acuñación de denarios en plata, vellón o cobre.